
Sábado Santo – Solemne Vigilia Pascual:
Centenares de feligreses y peregrinos se han reunido para celebrar la Vigilia Pascual en nuestro Santuario unidos a la Iglesia extendida por toda la tierra que se alegra por el triunfo de su Señor sobre la muerte.
La celebración comenzó en el atrio del templo con la bendición del fuego y encendido del Cirio Pascual, símbolo de que Cristo con su luz, ha vencido a las tinieblas de la muerte. Luego se inició la procesión anunciando a la luz de Cristo e iluminando las velas portadas por la asamblea orante. Dispuesto el cirio pascual en el altar se entonó el pregón pascual que anuncia la buena noticia de Cristo resucitado.
Terminada la primera parte de estos ritos, se continuó la liturgia de la palabra que narra la historia de nuestra creación y la de nuestros padres que nos precedieron en la fe, prefiguraciones que cuentan lo que Dios haría cumplida la plenitud de los tiempos cuando el cordero fue inmolado en rescate nuestro. Nuestro rector el padre Eduardo Parraguez, nos invita en este año jubilar a mantener la llama encendida de la fe como lo hizo Pedro, a pesar de sus caídas mantuvo la esperanza en su maestro que abandonó el sepulcro para aparecerse a sus apóstoles y las mujeres quienes fueron las primeras en contar la buena nueva.
Al concluir la homilía se realizó el rito de bendición del agua y fue bautizado nuestro pequeño hermano León ante la asamblea que renovó sus promesas bautismales. La última parte de la celebración continuó con la consagración del cuerpo y la sangre de Cristo centro de toda nuestra vida cristiana que nos reúne en torno a su altar domingo a domingo para celebrar este misterio de fe y comer de su mejor fruto.
Al concluir la celebración el celebrante principal acompañado de León y su familia se dirigieron al altar de la Virgen del Carmen para saludar a la reina del cielo que se alegra porque aquel que llevó en su seno ha resucitado. Que este día en donde la noche se transforma en día destruya nuestras tinieblas e ilumine nuestras vidas.
¡Aleluya, verdaderamente ha resucitado el Señor!