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Cientos de peregrinos se han congregado en la explanada de nuestro Santuario para celebrar la Eucaristía de vísperas es espera de este día de la oración por Chile donde ponemos en el Señor el anhelo de construir una patria donde podamos sentarnos todos en una misma mesa.

La celebración fue presidida por nuestro obispo Monseñor Isauro Covilli quien entregó un mensaje centrado en el evangelio proclamado, las bodas de Caná. Donde María juega un rol fundamental como iniciadora haciendo posible que la fiesta continúe intercediendo a su hijo para hacer posible la fraternidad. «El vino dice relación con la cruz y con la vida entregada» con estas palabras nuestro pastor refiere este primer milagro de la vida publica de Jesús que nos invita a reconocer las carencias personales para saber dónde falta el vino que nos anima a vivir en una verdadera alegría festiva y fraterna. «María en este evangelio se hace discípula de este nuevo vino» continuó su homilía reconociendo en nuestra Madre el modelo de servicio de la obra de su Hijo ya que necesitamos saber reconocer aquellas costumbres que cultivan un corazón desanimado por las experiencias personales y comunitarias, por ello necesitamos que nuestra Madre interceda por nosotros para poder gozar del vino de la paz verdadera construida en base a la verdad, la justicia y la fraternidad.

Al concluir la celebración, cerca de la medianoche se realizó la tradicional espera del alba pidiendo la intercesión de nuestra Madre Santísima para construir una sociedad desde la fraternidad y la justicia.

Sigue nuestras principales celebraciones litúrgicas en esta fiesta de la Oración por Chile en el año Jubilar de la Esperanza 2025

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