HISTORIA

Hacia el siglo XVI, el pueblo de La Tirana era un lugar donde se cruzaban caminos en distintas direcciones. Se convertía esa zona del bosque del Tamarugal en el encuentro de las rutas que bajaban desde Pica a la costa y las que se dirigían desde la quebrada de Tarapacá, al sector costero por el camino de Pintados. Allí era fácil encontrar agua y sombra.

El Santuario tiene sus raíces en los albores de la conquista y de la evangelización del siglo XVI. Sus orígenes se vinculan a la leyenda de una princesa inca, Ñusta Huillac, una mujer que de acuerdo a la historia originada alrededor del 1536, era considerada una “Tirana” por sus drásticas determinaciones.

Al huir de la expedición de Diego de Almagro, la aguerrida princesa se refugió en los bosques del Tamarugal, donde se convirtió en una líder, atacando a los españoles que se internaban en los bosques del Tamarugal para hacer el carbón necesario para la fundición de la plata que comenzaban a realizar en el lugar. Ñusta Huillac tomó prisionero a uno de ellos, Vasco de Almeida, de quien se habría enamorado. Este hecho motivó su conversión al cristianismo por el año 1540.

La verdad sobre la eternidad y con ello la prolongación de su amor, la atrae fuertemente y solicita el bautismo. Por esta razón fue considerada traidora y condenada a muerte junto a Vasco de Almeida. A petición suya, y tomando en cuenta su alta alcurnia, sus verdugos colocaron sobre su tumba una cruz que, años más tarde descubriría el fraile Antonio de Rondón, que iba de camino al sur, siguiendo la expedición de Pedro de Valdivia.

El clérigo construyó una ermita en el lugar y colocó la imagen de la Virgen, transformándose rápidamente en un lugar de culto a la Madre del Señor por parte de los indígenas. Algunos especialistas plantean la existencia de un culto precolombino, cuestión no demostrada. De cualquier forma, se convirtió en un lugar donde comenzó a desarrollarse y expresarse, en coordenadas andinas, la fe en Jesucristo y en el amor a la Virgen. Se iniciaron danzas de tipo familiar y el culto se limitaba a los que vivían en el sector.

Así, esta devoción en el lugar comienza a cobrar mayor fuerza a partir del siglo XVIII, cuando se acrecienta el número de feligreses que quieren rendir culto a la Santa Virgen. El lugar recibe el nombre de Pozo del Carmen de La Tirana o Pozo del Carmelo, sin embargo paulatinamente se va abreviando el nombre para ser conocido el lugar como La Tirana. Ya en el siglo XVIII hay partidas bautismales que registran este lugar de culto.

El Santuario Nuestra Señora del Carmen de La Tirana tal como se ve hoy, es la tercera construcción: la primera fue una ermita construida en el sector del templo antiguo. En el siglo XVIII, su construcción tenía características andinas, sin embargo, el 13 de Agosto de 1866 lo destruyó. En 1872 con materiales conseguidos en las diversas oficinas salitreras, y siguiendo las mismas líneas de construcción de la pampa se inició la edificación actual, emplazada en el actual local. En 1879, debido a la guerra, la obra se detuvo, transformándose su estructura en un esporádico albergue para las tropas. En 1884, fueron reiniciadas y el 16 de julio de 1886 fue inaugurado. Entre 1970 y 1997 se registraron varios incidentes y deterioros del templo y su estructura.

Así en 1998 comenzó el trabajo de restauración del santuario. Entre el 2010 y el 2015 se construyó el museo de la vivencia religiosa del norte grande, que se ubica en el subsuelo del Santuario. La gran obra de restauración y ampliación del Santuario fue fruto del aporte de muchos peregrinos, entidades públicas y privadas, que junto a la comunidad cristiana del Santuario llevaron a cabo esta magna obra.

El Santuario de Nuestra Señora del Carmen de La Tirana, es un espacio de oración y encuentro con el Señor de la mano de la Virgen Santísima, que nos acoge durante el año y nos espera para caminar juntos como peregrinos al encuentro con el Maestro y Señor.